En Cuba se ha desarrollado, más que como acto de vandalismo (así se veía en gran parte del mundo), como un hermoso regalo a la comunidad donde son pintados. Así han revitalizado espacios constructivos de la ciudad que estaban en decadencia.
La zona de San Isidro, en La Habana Vieja, es ejemplo de proyecto comunitario donde el muralismo urbano es esencial para darle otro aire al barrio. La calle San Isidro es centro del barrio del mismo nombre, con un exótico pasado que en las primeras décadas del siglo XX incluyó prostíbulos, el trasiego indetenible del viejo puerto e historias de rumberos famosos.
Hoy varios negocios locales se han unido para desarrollar allí el San Isidro Distrito de Arte, iniciativa encabezada por la Galería Taller Gorría (GTG) del famoso actor cubano Jorge Perugorría, donde exponen algunos de los mejores artistas contemporáneos de la isla. Pero este no es un proyecto de puertas hacia dentro, porque la comunidad se ha visto benefi ciada al embellecerse como una de las zonas con más grafitis de La Habana.
A través de las pintadas en los muros, la gente del barrio ve arte cotidianamente, vive como en una enorme galería que puede ser visitada a cualquier hora por los viajeros de todo el mundo, quienes se van enterando de esta maravilla y se salen de los recorridos habituales para admirar los dibujos.
El Ayuntamiento de Los Realejos no teme a los espráis de pintura. Valora a los buenos grafi teros y busca muros y grandes paredes para acercar el arte a la calle y a sus vecinos. Este municipio norteño, que desde 2019 organiza el Festival de Arte Urbano 'Seis de doce', quiere convertir la localidad en una gran sala de arte al aire libre. Ya cuenta con 36 grandes murales, ocho en el interior de centros educativos, y escaleras y marquesinas adornadas por grafi teros locales e internacionales. Los Realejos se sale de la tendencia al blanco inmaculado y sí quiere buenos grafi tis en sus muros.
Adolfo González reivindica el trabajo de estos artistas: «Una cosa son las pintadas y otra el grafi ti artístico que es una disciplina que está en auge y se ha convertido, incluso, en una salida laboral en Canarias».