Hoy, el número creciente de peregrinos que emprenden el Camino de Santiago de Compostela - en su gran mayoría son jóvenes - traduce bien
el éxito y el gusto por este sitio. Durante muchos años, la dimensión religiosa dominaba en los motivos de realización de esta peregrinación. Si bien esta dimensión no ha desaparecido (lo mítico, la solidaridad, la cooperación, la introspección todavía están muy presentes), vemos que el Camino ha desarrollado otras dimensiones que se adaptan a las realidades del siglo XXI. Así, el Camino ha adquirido una imagen verde y se ha reinventado para participar en la renovación de la imagen de España, invitando a practicar nuevas formas de turismo, alejadas del turismo de masa.