- Ya no eres ninguna niña, Sisqueta. Has de elegir y no hay mucho donde elegir: o casarte bien o estudiar algo que te sirva para el día de mañana o te pongo una tienda, la mejor tienda, en el mejor lugar de Barcelona. No quería casarme.
No quería una tienda. Quería estudiar.
- ¿Qué, Sisqueta?
- Todo.
- Eso es lo mismo que decir nada.
- Me gustaría saberlo todo.
- Una cultura general ya la tienes.
- Es poco general. Me gustaría saberlo todo.
- ¿Y dónde se estudia eso? [...]
Me hice un plano de saberes universales que le expuse a mi padre en el mismo tren: estudios sobre el orden del universo: cosmología, astrofísica, astrología; estudios sobre el orden de la vida: biología, botánica, zoología, psicología animal y humana; estudios sobre el orden de la organización social: historia, política, derecho; estudios sobre el orden del horizonte: geografía, urbanismo, arquitectura.
- Pero Sisqueta, si estudias todo esto puedes pasarte toda la vida.