Inmigración: ¿suma o resta?

Bangaly escapó de Costa de Marfil en 2002, cuando la guerra llegó a Man, su ciudad: «Nunca pensé en salir de mi país», cuenta. Entonces tenía 34 años, una mujer y tres hijos. Ahora, con un viaje de cuatro años y más de 6.000 kilómetros a sus espaldas, trata de traer a su familia a España, donde vive desde 2006. [...] Ante la imposibilidad de volver decidió emprender viaje en solitario hacia Europa para asegurarle un mejor futuro a sus hijos. Ligero de equipaje [llegó] a Mauritania. De forma clandestina se dedicó a caminar por el desierto en busca de comida. […] El viaje se hace difícil y en solitario. Sin pasaporte, pasa a Marruecos y […] cuida de camellos para sobrevivir. Pero vivir [allí] es sentir una persecución continua, a la que se le suman el hambre, el cansancio y la nostalgia de su familia en Mali. […] Estuvo meses intentando llegar a Tánger; su tránsito hacia el añorado continente europeo no estuvo exento de zancadillas¹. Hacia abril de 2006, 3.000 dirhams le abrieron paso a cumplir su sueño europeo.