Me dejaron de herencia mis pares1,
además de la luna y el sol,
una bata2 cuajá de lunares
que conmigo el mundo recorrió.
Un borrico y un par de panderos,
muchas ganas de no hacer na',
y talento, pupila y salero3
pa' poder esta vida arrastrar.
Muy poquita cosa,
esa es la verdad,
pero soy dichosa
pudiendo cantar:
Soy de la raza calé,
que al mundo dicta sus leyes,
hija de pares gitanos,
y llevo sangre de reyes
en la palma de la mano,
y llevo sangre de reyes
en la palma de la mano
porque soy de la razita calé.
Yo quisiera morirme en la cuna4
que al nacer recogió al faraón,
y cerrase mis ojos la luna
y sellara mis labios el sol.