El séptimo continente
Bertrand Piccard sobrevoló un «continente de plástico». Y lo divulgó vía Twitter con un contenido explícito: «Volé sobre los residuos de plástico tan grandes como un continente.» Se lo conoce como «el séptimo continente», «la isla de basura», «la isla tóxica», «plastisfera», «la gran mancha1 de basura2 del Pacífico». Es un remolino3 de millones de toneladas de plástico que se concentra en medio del Pacífico, a unos 1.000 kilómetros de Hawai. Se calcula que ocupa de 1,7 millones a 3,4 millones de km cuadrados, más o menos el equivalente de tres a siete Españas, y pesa unos 3,5 millones de toneladas. Una catástrofe ecológica que, por desgracia4, no deja de crecer.
El plástico es un material fotodegradable (que puede tardar hasta mil años en biodegradarse) que por acción de la descomposición de la luz solar se convierte en polímeros minúsculos. Al alcanzar un tamaño5 tan reducido, los peces confunden el plástico con el plancton y lo introducen a su cadena alimenticia. Miles de peces, aves y mamíferos marinos mueren cada año por el consumo de estas partículas.