En el siglo XV, en Fuente Ovejuna, un pueblo de la provincia de Córdoba, el señor Comendador intenta abusar de Laurencia, la prometida del joven Frondoso.
LAURENCIA – [...] pues tanto me perseguís.
COMENDADOR – ¡Qué estilo tan enfadoso!
Pongo la ballesta1en tierra,
y a la práctica de manos
reduzco melindres2.
LAURENCIA – ¡Cómo!
¿Eso hacéis? ¿Estáis en vos3?
(Sale4 FRONDOSO y toma la ballesta.)
COMENDADOR – No te defiendas. [...]
Acaba, ríndete.
LAURENCIA – ¡Cielos,
ayudadme agora5!
COMENDADOR – Solos
estamos; no tengas miedo.
FRONDOSO – Comendador generoso,
dejad la moza6, o creed
que de mi agravio7 y enojo8
será blanco vuestro pecho,
aunque la cruz me da asombro.
COMENDADOR – ¡Perro, villano9!...
FRONDOSO – No hay perro.
Huye, Laurencia.
LAURENCIA – Frondoso,
mira lo que haces.
FRONDOSO – Vete.