Primero, podríamos afirmar que no, porque a veces, la ficción representa una realidad auténtica, que cualquier lector puede comprobar. Así por ejemplo, la descripción precisa que se hace de la ciudad de Vitoria en el fragmento de El Silencio de la Ciudad Blanca refleja la realidad geográfica de esta ciudad y conocida por la autora. No obstante, a veces la frontera es más difícil de comprobar. Como lo dice Víctor del Árbol, es necesario que la novela negra sea algo más que un mero reflejo de la realidad.