En la España franquista (1939-1975 e incluso años después) y en la dictadura militar de Videla en Argentina (1976-1983), el secuestro y la desaparición de bebés o de niños se convirtieron en un método privilegiado para controlar, manipular y hasta exterminar una parte de la población. 500 niños en Argentina y casi 30.000 bebés españoles fueron víctimas de estas prácticas sistemáticas por parte de gobiernos autoritarios y abusivos. En 2012, un juicio condenó a Jorge Videla, el dictador considerado como principal culpable de crímenes a 50 años de prisión. El primer juicio solo se abrió en España en junio de 2018 y declaró al doctor Eduardo Vela culpable de tráfico pero queda impune. Si la respuesta judicial en ambos casos no satisface la opinión pública, el trauma de las víctimas queda hoy en día muy vivo e intenso.